La Osteoporosis se caracteriza por la excesiva pérdida de matriz ósea calcificada, minerales óseos (Ca y P) y fibras colágenas que causan una pérdida de la masa ósea total.
Dado que los estrógenos y la testosterona desempeñan un papel importante mediante la estimulación de los osteoblastos (células formadoras de hueso) tras la pubertad, la disminución de los niveles de dichas hormonas en los ancianos produce un menor crecimiento de nuevo hueso y un inferior mantenimiento de la masa ósea.
En las mujeres la disminución de los niveles de estrógeno asociada a la menopausia produce una aceleración en la reabsorción ósea.
La ingestión insuficiente durante varios años de calcio o de vitamina D, necesarios para una correcta mineralización, también puede producir una pérdida de la masa ósea, así como osteoporosis.
En la osteoporosis, el hueso se torna poroso, quebradizo y frágil, fracturándose facilmente con el estrés.
La osteoporosis afecta con más frecuencia a mujeres blancas ancianas.
La incorporación de suplementos con calcio, acompañados de fijadores de calcio, la exposición adecuada al sol y fundalmente un correcto programa de actividad física son las conductas a seguir en casos de osteoporosis.
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